martes, 12 de noviembre de 2013

Critica de “In time” (película)

La película “In time” traducida al español como “El precio del mañana” es una trama estadounidense bastante futurista y de ciencia ficción dirigida por Andrew Niccol, estrenada el 28 de octubre de 2011. Esta trata de un futuro sin dinero en donde el tiempo se comercializa y uno puede sumar o restar minutos en su vida. En esta película podemos notar el capitalismo que existe en nuestra sociedad también, pero un capitalismo más bien salvaje o distorsionado de la realidad, en donde el dinero no se utiliza ya que no existe, ahí es donde podemos notar una gran falacia porque el dinero es lo primordial o el motivo principal ya que el sistema capitalista gira en torno a él, pero en la película se especula con el tiempo, ya que este es el fundamental para vivir. Tu puedes dejar de envejecer a los 25 años, pero el dilema es que estas diseñado genéticamente a vivir solo un año más, al menos que estés dispuesto a pagar unos años más para tu vida. Podemos criticar o hacer la comparación con los tiempos de hoy, en una sociedad donde el rico cada día que pasa se vuelve más rico y la persona pobre tiene que luchar todos los días con sudor y esfuerzo para poder llevar un kilo de pan a su casa y poder sustentar una familia, entonces podemos ver un mundo que no surge mucho debido a la desigualdad de condiciones que se hacen cada vez más evidentes al correr el tiempo. En la película dirigida por Niccol podemos observar algo similar, en donde los ricos o personas de alto status económico pueden vivir eternamente debido a que pueden obtener y comprar todo el tiempo que deseen, mientras que el resto debe negociar o pedir préstamos para poder vivir día a día, ya que según la película, sus “relojes de vida” como máximo tienen siete días de vida. Además, podemos notar un nivel alto de clasismo o discriminación que sin darnos cuentas siempre está presente en nuestra sociedad, debido a la casa que tengamos, la población donde habitemos o sencillamente por quien tiene más lujos que el otro, y la película trata de evidenciar exactamente lo mismo, donde cada persona vive en una “zona horaria” distinta, en función de su status social. Los pobres viven en los denominados guetos. Para ellos, el trabajo de cada día sirve para ganar un par de horas más de vida que también deberán utilizar para pagar las necesidades diarias, entonces podemos ver que ellos con suerte pueden sobrevivir el día a día. En cambio los ricos viven en zonas lujosas y pueden vivir durante siglos o milenios, incluso eternamente, en función de la cantidad de tiempo que han adquirido. En la trama se puede concluir que los diferentes status no se pueden mezclar demasiado entre sí, debido a que cada “zona horaria” está cercada con unos muros en donde se cobran peajes en tiempo cada vez más costos para evitar que la gente pobre, por así decirlo, pueda cruzar o emigrar a lugares de niveles sociales más altos. En sí, la película trata de que un hombre que es acusado de asesinato y se da a la fuga con una mujer de rehén, en donde el amor cada vez se hace más fuertes entre ellos y que va a servir como una herramienta para defenderse del sistema de juventud eterna que los gobierna. A costa de los robos de tiempo efectuadas por ellos, los “cronometradores”, que vendría a ser como la policía, en su base monitorean como los pobres, ahora con mucho más tiempo de vida, abandonan las fabricas y ahora el sistema comienza a desmoronarse de a poco. Los protagonistas concluyen que para poder lograr derrocar el sistema, van a tener que seguir robando y repartiendo mucho más tiempo. Y yo como conclusión puedo sacar que hoy en día ocurre lo mismo, la gente pobre no tiene muchas oportunidades para surgir, lo cual hace que muchas veces tengan que robar para poder subsistir y poder mantenerse diariamente, mientras que los ricos siguen ganando más y más dinero dejando sin oportunidad al resto de las personas y en la mayoría de los casos sin ni siquiera pensar en ellas. Gabriel Navarro

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